Formas de crear lugares

Formas de crear lugares: Investigación performativa como dramaturgia maquinal 

La investigación aquí presente constituye un entramado específico que tiene por objetivo generar movimiento. 

Si de lo que trata el teatro es del movimiento y de ese movimiento que conjunta elementos diversos para generar vínculos que “aparecen” entre ellos, entonces esta investigación es en sí misma un escena. 

Para Jean Frédéric Chevallier a Deleuze no le interesaba mucho el teatro pero sí lo define en algunos pasajes de algunos textos. Para Chevallier con el fin de entender la postura de Deleuze frente al teatro es necesario regresar a la primera afirmación de Deleuze: el teatro integra las otras artes si ellas son portadoras de movimiento. El teatro no integra cualquier cosa; integra, si integrar produce movimiento y por ende devenires. He aquí la condición: se integra si se desean movimientos

Esto quiere decir, que el objetivo de esta investigación perfomativa es producir un conjunto de elementos que vienen de distintas disciplinas y modos de conocimiento, para desplegar un manual de creación, una pieza digital, un corpus de textos y un monólogo como un lugar, un teatro, donde el espectador pueda indagar, relacionar y tener una experiencia más que armar una narrativa de dicho pensamiento e investigación, todo al mismo tiempo, pero no articulado en el sentido pleno de la lógica cientificista o dramática (que es la misma). 

Me interesa desde hace muchos años el cruce entre práctica artística, metodología de creación y generación conceptual o teórica de procesos de creación. Esta motivación le he encontrado desde mi trabajo de maestría sobre Textualidades en el teatro denominado posdramático (Paso de Gato-Artez, España, 2013), que trabajé en tándem entre el ensayo teórico y la creación del texto dramatúrgico Palabras Escurridas (Paso de Gato, México, 2014). 

Dicho trabajo ampliado ya ponía en funcionamiento una relación entre teoría y práctica escritural, específicamente para una escena contemporánea donde el texto se convertía en material que rompía con varias nociones del teatro dramático, como son la representación, el personaje dramático, la trama, el diálogo, etc. Más que un texto dramático canónico se trata de una pieza de meta-teatral que pone en juego la creación de una nueva dramaturgia que amplía y “revuelve” la fábula entre varios fragmentos que juegan a su vez en distintos niveles de representación.

Como proceso posterior a esa investigación seguí indagando sobre la posibilidad de fragmentar al personaje dramático y expandirlo hacia su propia textualidad, como en el caso de Reflejos de Ella (2014) y Sinistra (2015), donde utilicé la citación, la intertextualidad y la autorreferencialidad, la fragmentación y los distintos niveles de ficción para la escena, así como el ensayo como género performativo.

A partir de estas aproximaciones y escrituras que se mantenían tejidas entre sí, y que se materializaron en montajes, performances, seguí desarrollando una metodología de creación e investigación desde la noción de intertextualidad, que me llevó a crear laboratorios de creación con estudiantes durante varios años y donde comencé a jugar con la noción de conjunto (integración de elementos y artes diversas) más que de hilación, o linealidad. 

Como afirma el texto de Chevallier que indaga en el pensamiento de Deleuze frente a la escena (llamaríamos aquí el lugar desde la postura de Ingolt):

Obviamente no hay que tomar esta idea de un teatro integrador y el deseo que lo animaría en una perspectiva wagneriana porque lo que la noción de “teatro-total” convocaba es precisamente lo que ya hoy no queremos: la totalidad y lo que venía con ella, el totalitarismo. Además no significaría nada pretender integrar todo. ¿Cuál sería este “todo”? No, lo que hay que entender con la idea deleuziana de un teatro-integrador, es que el teatro no tendría nada propio; o, en todos casos, que sería “sin nada fijo” –es decir: enteramente dedicado a su deseo de movimiento–.

En dichos laboratorios estaba claro que la intervención a los textos, la desapropiación de los mismos y la propuesta de separar escrituras producían la posibilidad de “tocarlas" y de “leerlas” desde distintas posiciones por parte de los lectores-usuarios, lo que producía la amplitud de pensamientos no causales y se abría hacia la posibilidad de una percepción y embodiment que podríamos decir senti-pensaba, más que miraba-pensaba, que se expandía más que se unía, como lo puede concebir el drama (causa-efecto, acción-réplica). 

Al mismo tiempo comencé a adentrarme en en los campos de la creación de mundos virtuales propios de la Realidad Virtual, la llamada Realidad Mixta, y la realidad aumentada, donde justamente la posibilidad de crear escenas, fragmentos y experiencias sensoriales permitía una nueva relación con el cuerpo. Estas tecnologías posibilitan la creación de lugares perceptibles e interactivos donde la misma dimensión 3D juega con abrir la trama hacia recorridos, desplazamientos virtuales y una presencialidad de cuerpos y vínculos muy cercana a las experiencias de dramaturgia expandida llevadas a cabo en la fisicalidad pero donde de forma digital es posible crear pisos de palabras, ecos en espacios, jardines surrealistas, historias fragmentadas, escritura que fluye en espacios (digitalmente) donde la experiencia es corpórea y presencial, es decir teatral, como en el caso de (in)quietud, donde el participante está cada vez generando un recorrido nuevo, siempre presente entre distintos escenarios, donde escucha, ve, acciona distintos modos de ejecución y donde se ponen de forma no causal pero si con posibilidad de leer de forma combinatoria, videos de arte en movimiento, sonoridades traídas de la misma Ciudad de México, fragmentos de relatos ficciones escritos para el recorrido, música original y una visualidad inmersiva que permite al usuario convertirse de alguna manera de un cuerpo expandido que contempla y experimenta la pieza en presente y de forma siempre agenciada, es decir el lugar está dado, el usuario va a dónde quiere, pero éste siempre está en movimiento a partir de las decisiones del participante. 

En 2018 participé también en la creación de la Chameleonde Marshmellow Leaser Feast., una experiencia de Realidad Virtual donde el cuerpo no solo devenía escritura sino también digitalidad: espacio poético tridimensional.

Comencé a investigar la relación entre trama, espacios en tercera dimensión y su vínculo con la máquina teatral; pensar el teatro como máquina desde la concepción de esa máquina que cruza el propio cuerpo para extenderse y modificarse en términos de temporalidad otra, no solo como la suma de presentes, sino como posibilidad de que desde de los cuerpos inmateriales se dé la relación entre distintos medios y artes, desde una representación digital en pantalla, así como performers devenidos en avatares, o narrativas situadas en el entramado de la digitalidad y espacios mixtos donde los usuarios interactúan con pantallas y el espacio físico. 

Me interesaba el desplazamiento del embodiment en estos entornos, y también los límites y potencias de los formatos y materialidades específicas que cada tecnología posibilitaba. 

Como se puede comprobar en piezas como Lázaro o las de la compañía teatral La Fura del Baus, las posibilidades transmedializadas de la interacción teatral en el campo de la digitalidad, no se trataban solo de escritura interactiva, generativa y narrativa, que efectivamente construye “lugares” donde los cuerpos a través de las herramientas de la escritura con palabras interactúan con la pieza, sino que estas piezas eran “habitadas” por avatares, cuerpos grabados o transmitidos presencialmente pero a distancia, posibilitados por las tecnologías digitales. 

En términos teóricos me interesa por tanto comprender a profundidad qué de este embodiment provoca conexión y qué conjunción, en dónde se crea transparencia y se hace desparecer la materialidad del medio y en qué mediaciones queda expuesto el medio, el entramado o qué genera diferencia de materialidades. Estos modos específicos de materialidad me interesan porque me parece que, en términos dramatúrgicos, la aproximación creadora es distinta y los resultados también lo son, en tanto la recepción, la percepción y la interacción de los cuerpos dentro y entre ellas. 

El artefacto que aquí presento, por tanto, se conforma de piezas teatrales, conferencias, talleres, metodologías desde la creación de la noción de Dramaturgias Maquinales como una investigación performativa por su naturaleza expandida y el cruce que existe, muy particular, entre la creación digital y el desplazamiento del cuerpo en campos digitales. 

La expresión estética de donde parten estas dramaturgias maquinales es la concepción de una escritura en entornos físicos y digitales construída no solo de palabras, sino de imágenes, sonidos, cuerpos y acciones. 

De esta manera esta investigación se presenta como un despliegue escritural teórico, metodológico y estético que contiene y que abre al juego por parte de los y las interactores, donde además se podrán sumar la piezas ya realizadas que considero pueden concebirse como dramaturgias maquinales, creadas por mí en 2019, 2020 y 2021 como son los proyectos de mis humores, (in)quietud y #agrietarelpanal. 

Esta investigación performativa, como lo asume Leyzon Poste, se explicará desde esa primera relación mente-cuerpo (pensar-mover-pensar) hasta su consecuencia performativa en tanto análisis de un proceso abierto y de experiencia fenomenológica.

En este sentido podríamos pensar en la cita de Bifo Berardi sobre la construcción neobarroca que produce la digitalización, es decir una dramaturgia es un movimiento donde el significante es abierto:

 “El proceso de digitalización ha transformado las cosas en signos y los objetos en mensajes. La proliferación de mercancías semióticas ha producido una saturación de la atención social, un efecto neobarroco. El pasaje del capitalismo moderno al semiocapitalismo está marcado por el fin de la mesura y el retorno del espíritu barroco.”

De esta manera las dramaturgias maquinales y por tanto esta investigación se presenta como un artefacto neobarroco, en movimiento y por tanto un acto performativo en ámbitos digitales que tiene como fin desarrollar una metodología específica y abierta de creación-investigación afincada en los marcos de la configuración de una dramaturgia como mediación de distintos materiales que se cruzan y despliegan, que se accionan y se escriben en el campo de la digitalidad y fuera de ella, desde una noción de separación, agencia y performatividad; es decir, configurando artefactos que sean capaces de territorializar lo que está desterritorializado, construyendo una escritura más allá de la explosión de imágenes, textos y sonidos que se despliegan sin capacidad crítica a través de plataformas digitales. 

Por tanto, este artefacto está presentado como un juego de retroalimentación entre cuerpo (el cuerpo del usuario), escritura, lugar creado, creación poética y materialidad (forma) de esa misma dramaturgia, lo que la posiciona como una pieza en cruce con lo estético, lo teórico, lo poético y la interacción digital con la finalidad de ubicarlo en una ecología medial y lograr abrir un espacio, una traza para una forma singular de interacción, “lectura en cuerpo”, vínculo, recorrido que agrieta y posibilita otras formas de habitar lugares digitales que se conforman como tales a partir de las acciones que hagan funcionar o activar dicho artefacto. 

Es por ello que el corpus que aquí se presenta no tiene una estructura cronológica ni argumental canónica: se trata de una investigación performativa que se construye de injertos, pensados como anexos, ensayos, cartografías, análisis, manuales, ideas, piezas estéticas propias, de otros y otras. 

Esta relación conjunta escritura, textualidad, oralidad, cuerpos, lugares, creación y representación, vínculos, interactividad y estructura se traslada y se teje vínculos entre distintas materialidades físicas y digitales; expandidas y críticas, políticas y corpóreas; es por ello que utilizo a lo largo de distintos textos aquí instalados la noción de posmaterial y posdigital, ya que me parece que lo desplegado aquí toca ciertos bordes de los formatos o los desplaza poética y estéticamente para intentar generar una perspectiva compleja sobre la percepción del cuerpo en espacios digitales, así como la creación performativa expandida hacia dicho territorio. 

Esta investigación que pasa de la fiscalidad a la digitalidad está ubicada en la línea de investigación sobre el campo del teatro posdramático y la llamada dramaturgia expandida. El desplazamiento que logro con esta propuesta es pensar los espacios virtuales como espacios teatrales, y trasladar la noción de dramaturgia expandida al campo digital donde en definitiva se tiene que reconfigurar la noción de cuerpo, tecnología, embodiment, dramaturgia como mediación (digital), trama, conjunto, máquina abstracta, injerto, prótesis, ciborg y dramaturgia digital para comprender a cabalidad sus potencialidades y desplazamiento teóricos y metodológicos. 

De esta manera, la mirada dramatúrgica en el campo de la mediación digital permite observar e interactuar, co-crear como usuario y autor o autora, piezas y experiencias desde una posición del cuerpo expandida, donde se configuran reglas del juego divergentes a las cotidianas, pero que a diferencia de otras virtualidades siguen preguntándose sobre qué le sucede a esos cuerpos en esa nueva relación virtual fenomenológica, cómo cambian las relaciones, los pensamientos y la construcción de realidad. 

El objetivo de esta investigación es que su estructura performe y permita a quienes la “experiencian” en sus distintas facetas, hacer un recorrido por ella, indagarla como artefacto, como medio, como posibilidad de, como manual de construcción para nuevas dramaturgias maquinales. En este sentido, esta investigación es una dramaturgia maquinal que da cuenta material y conceptualmente de la misma: un afuera y un adentro tejidos entre sí, para posibilitar la práctica de nuevas dramaturgias; de tal manera que se prueba forma y contenido y se toma en cuenta la materialidad de la misma como parte fundamental de su comprensión (embodiment) performativa. 

Aquí las nociones de máquina, maquinal y despliegue no pasan en forma conectiva, sino que se instalan y generan una temporalidad otra, que como en la escena teatral, generan un espacio extra-cotidiano (podríamos pensar una escena dentro del ámbito digital) donde se genera un lugar, hecho de nudos, nodos, conjuntos, pensados como he explicado ya, no la suma, sino la posición diferenciada de simbolos, textos, cuerpos y acciones en un entorno dado. 

En el campo digital se dan todo tipo de intermediaciones y performatividades, unas que conectan datos y generan la ilusión de transparencia, lo que provoca un embodiment, una aprehensión sensorial de realidad específica que está mecanizada y tiene por objetivo controlar cierta información, narrativa y discursivamente. 

Para Bifo Berardi La evaluación crítica es posible solo cuando el intercambio de signos es lo suficientemente lento para poder ser examinado secuencialmente por un lector y cuando el receptor dispone de tiempo para discernir entre la verdad y la falsedad. Esto es lo que se llama crítica.

Es decir para que exista percepción corpórea, introyección y procesos cognitivos las dramaturgias maquinales deben posibilitar una performatividad tal que separe, genere la distancia suficiente para dar lugar a una agencia del usuario que lo convierta en un participante, y por tanto le posibilite la crítica y experiencia estética. 

Los usuarios-participantes de esta investigación encontrarán en esta máquina dramatúrgica, por tanto, un conjunto de argumentos, alusiones, metáforas y creaciones también de otros y otras artistas, así como ejercicios prácticos que tienen como fin componer y articular una máquina performativa que cartografía otras experiencias, que genera nuevos y distintos artefactos, donde los lectores y lectoras devenidos participantes tengan una experiencia que no fija un solo significante, sino que construye trazos, realizados por los y las usuarias, y que de forma colectiva y a través del uso de la misma, logra su objetivo, su utilidad como artefacto.

La perspectiva conceptual de esta investigación plantea que existe una relación entre la materialidad concreta, el agenciamiento que la forma dramatúrgica posibilita, los medios y las mediaciones utilizadas en relación a un discurso conceptual. Es decir, que los cruces entre procesos de remediación, medios, lenguajes estéticos dan como resultado un complejo lugar nodal que implica un cruce de cuerpos-mediaciones-interacciones que re-configuran su propia materialidad y mediación, por tanto se trata de estructuras dramatúrgicas como mediaciones que detonan derivas complejas dentro de máquinas, abriendo lugar a otras máquinas, en este caso abstractas y posdigitales.